El día en que decidí ser enfermera; no dimensionaba ni un poco, lo que ello implicaba. En la enfermería se debe conjugar el conocimiento, el corazón, la fortaleza y el humanismo. Somos como bien lo cita nuestra teórica Virginia Henderson: “de forma temporal, la conciencia de la inconsciencia, el amor a la vida del suicida, la pierna del amputado, los ojos del ciego reciente, un medio de locomoción para el lactante, la sabiduría y confianza para la nueva madre, el “micrófono” para los demasiado débiles o introvertidos para hablar”.
Sé que todavía me falta mucho puesto que apenas curso cuarto semestre de enfermería, pero; sin temor a equivocarme, diré: que amo tanto lo que decidí hacer, que cualquier sacrificio es poco para ver a una abuelita hermosa sonreír con tu llegada, oír las palabras “gracias”, “muchas gracias” es lo más satisfactorio que he escuchado hasta ahora, no por el hecho de las palabras en sí; sino quienes las dicen y la forma tan hermosa de pronunciarlas.
Muchos me han preguntado: ¿Por qué enfermería?, ¿Por qué no otra carrera? Y ante esto solo les diré y ¿Por qué no enfermería? Si no sabes lo que es porque desmeritas su función.
Desde el primer momento que ingrese a la Universidad Mariana, las palaras que no he dejado de escuchar son: “cuidado” “holístico” y “conocimiento” y creo que en la unión de estas vocales y consonantes se envuelve la enfermería.
La enfermería tiene como foco u objeto el cuidado, su perspectiva es la visión holística con la que ve al individuo; es decir, descompone al ser en dimensiones como bio-psico-socio-cultural no se lo reduce a una simple molécula biológica, aspecto que nos diferencia ampliamente de los médicos. Todo lo anterior de la mano de los conocimientos; sin conocimientos, bases teóricas, y principios éticos no podrás emprender la práctica ni llamarte enfermera.
Por ello quiero llegar a ser una enfermera que aparte de tener bien fundamentados sus conocimientos, aspecto supremamente importante, sea capaz de por más pacientes que estén a su cargo, se tome el tiempo para llamarlos por su nombre, no el de la cama “233” o “239” o el paciente con “VIH SIDA”. Me duele tanto escuchar a muchas jefes decir esto una y otra vez, que me pregunto si en realidad aman su profesión o la escogieron por simple descarte o no sé por qué otra cosa.
Es cierto que el progreso cientifico y tecnologico es importante; pero esto no puede hacer que olvidemos el profundo sentido y espíritu “HUMANITARIO” del cuidado de enfermería que se brinda las personas y a la sociedad. Hoy sabemos más de nuestros pacientes a nivel fisiológico y eso no es malo; pero la tecnología ha acaparado o remplazado muchos aspectos del saber-hacer, de la relación enfermera-paciente y eso sí que no lo podemos permitir bajo ningún motivo. Ten claro la siguiente frase que tuve el privilegio de escuchar en segundo semestre. “Ser profesional de la salud, que lo importante no impida lo imprescindible”.
Sé que a lo largo de los pacillos sin fin que recorreremos una y otra vez, se hallaran miles de puntillas bien afiladas, dispuestas a lastimarte e intentar redirigir tu rumbo. Tienes que ser fuerte, constante, cuando se te venga a la mente la sola idea de desfallecer, dite a ti misma: sí puedo, soy capaz de hacerlo; cuando seas profesional vas a ver reivindicados todos tus esfuerzos, por cada lagrima derramada conseguirás una hermosa sonrisa limpia y pura dada por un niño que te estremecerá el alma y con cada una de esas acciones vas a agradecer a Dios el que tú seas enfermera.
La enfermería integra una mirada holística, con base en conocimientos y de la mano del humanismo.